Hace unas semanas tuvimos el privilegio de vernos (por primera vez en persona) con Claudia Pérez Herrero, autora del prólogo de Paquita, titulado «El placer de descubrir». Claudia estudió Lenguas Modernas, Cultura y Comunicación en la UAM y cursó el Máster de Edición de la UAM el curso pasado. Además, es una de las grandes responsables de que Paquita vaya a llegar a vuestras manos, ya que fue la encargada de rescatar Paquita y presentarla como novela independiente para su futura publicación en el curso 2021-2022.
Aunque habíamos estado en constante contacto con Claudia desde que a nuestro grupo se le asignó Paquita como obra para publicar, el pasado domingo 6 de febrero, con la novela y su correspondiente prólogo listos para ir a imprenta, fue la primera vez que nos conocíamos. Tras unos cafés y unas risas nerviosas, dimos comienzo a la entrevista.
Claudia, fuiste la responsable de que Paquita se aprobara para edición en el actual curso del Máster. Esto se hace a través de un ejercicio de investigación de obras sin derechos. ¿Cómo das con Carolina Coronado?
Estuve investigando muchísimo, la verdad. Yo lo que quería era proponer una recopilación de poesías chinas que me gustaban, pero la primera parte del ejercicio consistía en obras escritas en español de dominio público, y no sabía qué proponer.
Antes de Carolina Coronado me estuve planteando a otras mujeres, algunas de ellas escribían mucho ensayo histórico. Busqué sin parar y me topé con muchísimos autores de los que no podía proponer nada porque estaba todo publicado o los derechos seguían vigentes. Al final llegué a ella hablando: con mis amigos, con mi familia, sobre todo con mi padre. Estas cosas llegan hablando; cuando te ubicas y vas por un camino es porque has tenido más interacciones con tu entorno respecto a ella. Así es como la descubrí.
Carolina Coronado es mucho más conocida por su poesía que por su prosa. Es más, es una de las cosas que más nos motiva para publicar Paquita. Al principio, ¿querías proponer algunas de sus poesías o te encontraste de primeras con Paquita?
En realidad, yo quería hacer una obra de teatro: El cuadro de la esperanza. Pero no lo encontré al completo. Al final, encontré Paquita y Adoración como dos novelas juntas en un mismo volumen y me las leí. Me sorprendió muchísimo Paquita; incluso leyendo de manera superficial caías en párrafos que decías «qué bestia, ¿y esto?», y de repente estaba enganchada. Empiezas a leerlo sin conocimiento y te quedas como «¿qué está pasando aquí?». Además, tiene un humor impresionante desde las primeras páginas.
«Empecé a leer Paquita y de repente estaba enganchada»
Cuando leímos tu ficha de propuesta, vimos que habías propuesto a Julia Navarro como prologuista. ¿Cómo pasas entonces a convertirte tú en la autora del prólogo?
Fue más que nada porque la propuesta de Julia Navarro u otras prologuistas famosas falló y nos lo negaron. Me lo propuso Chavi [profesor del Máster y tutor de este grupo de editores] cuando el tiempo iba menguando. Fue maravilloso y muy halagador, porque significa que los profesores, que ya te conocen, confían en ti y ven que puedes escribirlo bien.
¿Y cómo te preparaste el prólogo?
Al principio da vértigo. Piensas «¿qué hago? ¡Me van a leer las personas a mí!», pero, al final, solo tienes que empezar. Empiezas y vas tirando del hilo, borrando cosas y volviendo a escribir. Confías en que los editores te digan la verdad e intenten que mejores, siempre con una base constructiva.
Tu prólogo fue el primer texto al que nos enfrentamos y comienzas hablando de fantasmas. Pregunta informal: ¿por qué decides empezar con esos fantasmas?
Empecé con fantasmas porque lo vi muy claro. El prólogo, sobre todo el principio de este, tiene que llamar la atención. Carolina, y sobre todo Paquita, son como fantasmas. Fantasmas que pasan y luego no están, nadie los recuerda y no dejan la impronta que hubieran tenido que dejar. Sin embargo, los fantasmas en la literatura dan miedo y, aunque no se ven, son los verdaderos protagonistas por la presencia que imponen. Vi el símil muy claro desde el principio.
«Carolina, y sobre todo Paquita, son como fantasmas que pasan y a quien nadie recuerda»
En redes estamos hablando mucho de la figura de Carolina Coronado y cómo creemos que sería en el siglo XXI. ¿Tú cómo crees que vería la sociedad de ahora?
Carolina se creció mucho al estar en el siglo en que estaba. Ahora mismo, en la sociedad de sobreinformación y sobre-reivindicación en la que vivimos, muchas veces ya no sabemos lo que queremos. Todas las cosas se han masificado: ahora hay miles de posibilidades, lo cual está muy bien, pero te aleja mucho de lo que quería Coronado. Más allá de que sí, la veo feminista, no sé si soy capaz de imaginármela ahora. No creo que hubiera llegado a ser tan importante como lo fue por aquel entonces. Quizá se difuminaría entre el mar de personas que tratamos de conseguir que este sea un mundo más justo
¿Y crees que ahora Paquita tendría voz?
Depende. Del maltrato es muy difícil salir. Es muy difícil verlo cuando estás dentro. Es como si estuvieras encarcelada, como si fueras un mimo con paredes invisibles con las que te das de bruces. Creo que sí hubiera tenido más voz y, desde luego, muchísimas más herramientas.
En el mundo que nos plantea Coronado incluso la tía de Paquita, Briolanda, es cruel. Siendo tan inteligente y teniendo las cosas tan claras, ella no vela por el bien de su sobrina, sino que se limita a seguir los cánones de la sociedad. Resulta muy doloroso si tenemos en cuenta que es la única con poder para cambiar algo.
Porque lo que es difícil es difícil. Por mucho que nos pese, seguimos teniendo el mismo problema que antes: la violencia y el maltrato. Lo bueno es que tenemos herramientas.
«Seguimos teniendo el mismo problema que antes: la violencia y el maltrato. Pero ahora tenemos herramientas»
Fue un placer conocer a Claudia, no solo como nuestra prologuista, sino como exalumna del Máster que nos contó su experiencia en él. Además, fue una de las primeras privilegiadas en ver la cubierta de Paquita y el resto de libros de Libros de la Ballena. Desde aquí, le agradecemos muchísimo que nos concediera parte de su tiempo. Si os habéis quedado con ganas de conocer más a Claudia, estad atentas a las presentaciones de Paquita, porque puede que contemos con su presencia y nos desvele más anécdotas al redactar «El placer de descubrir».