Feliz día, lectoras, hoy os traemos una entrevista conjunta, una charla sobre el feminismo entre personas muy diferentes. Eva Monguilod y Leticia Mercado, dos mujeres adultas que tienen las cosas muy claras, Enara Caride y Sara Sanchez, ambas jóvenes y luchadoras estudiantes, y nuestras figuras masculinas: Francisco Romé, un hombre mayor que no ha salido del pueblo nunca, e Ilias, un joven estudiante que ha visto mundo.
Todas las personas a las que hemos entrevistado muestran un gran interés en descubrir como se entendía, reflejaba o se plasmaba, en concreto en una obra, la visión del feminismo en una época tan lejana a la nuestra como fue 1850, pero que por desgracia no varía tanto en cuanto a situaciones de desigualdad de género. Pero siempre hay distintas opiniones, Francisco opina que es un tema interesante y de gran importancia, no obstante no leería dicho libro: “Si me contaran una historia sobre el tema, la escucharía con ganas, pero no me leería un libro sobre ello”.
Existen miles de formas de investigar como vivían las mujeres en el siglo XVI en cuanto a libertades, desde ensayos hasta series de televisión, todas muestran atisbos de la situación femenina en el pasado, y a pesar de que hemos avanzado mucho, en ocasiones la mujer sigue en clara desventaja frente al hombre. Enara nos acerca un poco a una de las privaciones más fuertes:“Evidentemente, lo lógico es pensar que las mujeres tenían menos libertades y autonomía en sus decisiones vitales, así como mayor dependencia en las figuras masculinas (padres, hermanos, maridos). Pensemos que, hasta hace relativamente poco, las mujeres no podían vender propiedades que habían heredado o abrirse cuentas bancarias, cosas que hoy nos parecen obvias”.
Pero no a todos nos parecen obvios estos derechos: “A día de hoy la situación es muy variable, en función del país o región, pero en algunos casos se pueden observar estas restricciones aún vigentes, aunque es obvio que en general ha habido una mejora en las libertades de las mujeres”. Ilias nació y creció en Marruecos, un país muy diferente al nuestro en cuanto a los derechos de las mujeres se refiere.
Asesinatos, violaciones, privación de la opinión, de la libertad, maltrato… Parece una película de terror, pero muchas mujeres en la actualidad sufren estas acciones día a día. Según estudios de la ONU MUJERES, 736 millones de mujeres han experimentado alguna vez en su vida violencia física o sexual. 81.000 mujeres fueron asesinadas en el 2020, 47.000 a manos de sus parejas, y menos del 40% de ellas denuncian tal situación o acuden en busca de ayuda. El 60% de la población femenina ha sufrido acoso sexual en la calle. 200 millones de mujeres son sometidas a mutilación genital femenina en todo el mundo.
Una auténtica barbarie según Leticia… “Es terrorífico, desde luego, en cuestión de la violencia contra la mujer y el machismo, que aún prevalecen en nuestra cultura. Sin embargo, creo que es necesario recordar todo lo que las mujeres hemos logrado desde el s. XX, gracias al trabajo de aquellas que vinieron antes que nosotras, y pensar que, aunque nos quede aún camino por recorrer, ese camino nos llevará finalmente al reconocimiento de la igualdad entre hombres y mujeres y a todo lo que eso conllevará para la vida diaria de mujeres y niñas“. A pesar de todo lo que hemos logrado, todas están de acuerdo en que aún nos queda mucho por avanzar como sociedad feminista.
Sara resume la opinión global de esta entrevista en cuanto a un futuro feminista. Todas creen que se habrá avanzado, pero que aún no se habrá llegado a niveles de plena libertad de la mujer. Es un trabajo de todos luchar por el feminismo, y cualquier paso a delante será bienvenido. “Siendo optimista, me gustaría decir que no, pero realmente pienso que va a costar mucho más deshacernos del gen machista que existe en esta sociedad donde se ve al hombre como un ser superior con más fuerza e inteligencia que puede decidir que hacer sobre una mujer".
La educación de las nuevas generaciones es la clave para la futura igualdad de género. Un lavado de cara de la sociedad es la opinión más común en esta tarde nublada. “Un compromiso firme y colectivo por parte de fuerzas políticas y prescriptoras y por parte de los ciudadanos“. Enara y Eva consideran que las fuerzas políticas son claves en este proceso de crecimiento, “También es necesario educar a las nuevas generaciones sobre la tolerancia y el
respeto, no perpetuar cadenas de discriminación y odio. Tiene que haber una voluntad general de cambio”.
Mucha gente se enfrenta, desde el exterior, a la violencia de género, y excepto el silencio y la violencia, cualquier acto es válido. “Lo digo muchas veces. A mí en siglos pasados me hubieran matado. Yo hubiera sido una Juana de Arco, solo que batallando contra la injusticia, la falta de libertad e igualdad”. Eva lo tiene claro, ella hubiera revolucionado el siglo XVI, pero el entorno es muy importante y Sara lo sabe: “Seguramente si presenciara tal acto de violencia en el s. XVI podría hasta normalizarlo debido a la sociedad en la que me hubiera criado, y probablemente no haría mucho más que mirar”.
Pero ¿Qué pasa ahora? Las mujeres a las que hemos invitado hoy a charlar sobre el feminismo acuden a la justicia, la ley y a los profesionales: “En mi caso particular, como ciudadana del s. XXI, si yo presenciara una situación así, notificaría a las autoridades y, en la medida de lo posible, a los familiares de la víctima, a la cual ofrecería mi ayuda y apoyo”. Leticia aboga por las autoridades, pero los hombres de esta empresa opinan algo más independiente. Ilias actuaria de antemano, con previsión hasta donde pudiese. “Intervendría en cualquier situación de violencia de género en la que me viese involucrado, evitando que se produjese” y Francisco castigaría: “Como me enterase de una situación así, el maltratador no tendría pueblo para correr”.
Lectoras, lo que está claro es que nos queda mucho avanzar por delante, pero esperemos que algún día nuestras hijas vean la libertad, por lo que nuestras abuelas nos enseñaron a luchar.